Hoy probamos… Las especialidades de Can Mauri

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Cuando cogí el coche y me desplacé hasta el restaurante Can Mauri fue como si me alejara del «mundanal ruido». Apagué la radio del coche y empecé a sentirme como más sereno. Igual es algo que sólo me pasa a mi, pero es una sensación de olvidarte de la ciudad y entrar en la naturaleza, y eso que está a sólo dos minutos de Sabadell. El sol lucía, el cielo era azul y en el verde prado de la entrada a la finca el ganado rumiaba mansamente. (poesía visual)

La gastronomía de Can Mauri es de un altísimo nivel. Siempre basado en producto fresco y en la medida de lo posible de crianza o cultivo propio, han ido evolucionando exigiéndose siempre más. Ahora están a pleno rendimiento con las calçotades que ofrecen a 30 euros y que incluyen los calçots sin límite, ensalada y alcachofas, y después carnes a la brasa.

Especialidades

Pero yo esta vez tuve ocasión de probar varias delicias de una sentada. Primero un bocado de aperitivo: croissant gratinado con queso y champiñones, y una mini-brocheta de boquerón con fresa, una mezcla que nunca había probado pero es muy acertada.

La ensalada de teporada con granada y frutas dio paso a una mini-sartén repleta de patatas «a lo pobre» con butifarra negra y con un huevo ecológico finamente trufado. Buena demostración que la alta cocina no necesita de demasiados ingredientes.

Carne y pescado

La suprema de merluza con gambas me gustó, pero como carnívoro que soy disfruté mucho con una de las grandes especialidades de esta casa: el cochinillo confitado a baja temperatura que acompañan de manzana asada y hatillo de espárragos verdes y bacon. Imaginad una pieza de corteza fina de color canela y crujiente; y luego un interior meloso, jugoso, que se funde casi al tocarlo y que es delicioso en cada bocado.

Hubiera repetido este plato, pero después tocó el turno de un magret de pato con coulís de frambuesa que aunque no es la carne que más me gusta, reconozco la labor de las buenas manos del chef. Hay que dejar la carne algo cruda para que se pueda comer; y la mezcla con la frambuesa es realmente excelente.

Cuando mi estómago comenzaba a dar señales de alerta, el camarero me sirvió una paletilla de cordero rellena con ciruelas y jamón ibérico. Es una complicada receta que desarrollaron hace algún tiempo en Can Mauri y que gusta mucho a los amantes del cordero.

El dulce postre

Después de todo este banquete llegó el postre. La oferta de Can Mauri es amplia y tentadora. Yo disfruté de un coulant de chocolate con helado de vainilla y ¡atención! chicharrones caramelizados. Nunca lo hubiera dicho, pero son riquísimos.

Para beber me sirvieron un tinto: Jarabe, de bodega Almazcara Majara, D.O. Bierzo, Crianza del 2008. Me encantó su color, su aroma y su sabor aterciopelado.

Con el postre me ofrecieron un vino dulce (ambrosía para el paladar): Pedro Ximénez-Espínola. Es aromático, dulce pero no empalagoso.

Can Mauri 

Carretera de Granollers, km.155, 08213, Polinyà, 

Teléfono: 937 435 066

www.canmauri.com

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