En 1985 Antonio Moraleda y su esposa Adora Pulido decidieron abrir «Las Brochas», un pintoresco restaurante cuya especialidad eran las brochas: unos enormes pinchos de casi un metro con carne o marisco. Fue una brillante idea que funcionó muy bien durante muchos años.

Hoy, después de varios traspasos, el local regresa a las manos de esta pareja. Son otros tiempos pero la idea de Antonio es devolverle la categoría que le corresponde.

Calidad y cantidad

Y para ello regresa a la idea original: Ofrecer calidad, raciones generosas y precios asequibles. «Una pareja que pida un entrante, una brocha, sangría, postre y café puede gastarse unos quince euros por persona», asegura Antonio.

Comerse una de estas enormes brochetas sigue siendo todo un acontecimiento; «muchos comensales se hacen la foto junto a ella», nos cuenta Antonio. Y es que el pincho mide 90 centímetros y lleva ensartado secreto de cerdo, contramuslo de pollo, o también gambas y sepia; las primeras se acompañan con patatas y la de marisco con calamares a la andaluza.

Los mediodías de sábados, domingos y festivos ofrecen también un menú a 15 por persona que incluye un primer plato a elegir, brocha de carne para dos personas, postre, café, bebida y copa de cava.

Y entre semana los días laborables han ideado un menú para grupos a partir de 8 comensales a 13,75 €.

Desayunos

A primera hora atienden desayunos; hay incluso una oferta de «tostada andaluza» con aceite de oliva virgen más café con leche a 1,95€; y otra de almuerzos a 5 € que propone bocadillo de secreto o de embutido más copa de vino o cerveza.

Además de las brochas su carta se completa con entrantes, torradas frías y calientes, raciones de tapas clásicas, y carnes a la brasa. Además, organizan todo tipo de comidas y cenas de grupos a precios reducidos.

Menú mediodía de martes a sábado de cocina casera. Propone dos entrantes a elegir y después recetas de toda la vida con especial atención a los guisos.

Cierra domingo noche y lunes todo el día. El lunes 31 de octubre está abierto.